Lo
primero de todo buenos días y feliz lunes de este calurosísimo mes de agosto,
aunque mejor decir de este verano tan caluroso, no recuerdo un verano tan
sofocante desde hace tiempo, yo no soy una gran amante del verano porque no
soporto el calor, no sólo por los sudores y el sentirte que estas pegado todo
el día, sino porque mi tensión está por los suelos y parece que me arrastro de
un lugar a otro, en fin, no me siento muy bien.
Pero no
escribo este post para hablar de mi salud en verano sino para hablar de las
cosas buenas que nos trae el verano que no son pocas (hay que decirlo todo). En
la época estival además de que tenemos mucha luz y el día o casi mejor las
noches nos invitan a preparar cenas en las terrazas con amigos, con la familia
o simplemente solos, unas cenas que siempre suelen apetecer ligeritas con una
buena copa de vino creo que eso es lo mejor del verano.
La
receta de hoy no es una receta de estas que se tengan que explicar demasiado,
al fin y al cabo es algo muy sencillo pero es un homenaje a un producto del
verano del que si estoy enamoradísima y del que disfruto a diario, y si encima
os digo que son de cosecha casera del huerto de mi papi, ya no pueden ser
mejores: os hablo del tomate.
El
tomate al contrario de lo que se piensa no es una verdura, es una fruta, un
producto con una gran concentración de vitaminas y otros nutrientes muy buenos
para nuestro organismo además de ser un producto con un mínimo de calorías, lo
cual es un plus añadido ya que sabes que después de pegarte el atracón del
siglo tomatero no has ingerido demasiadas calorías, de hecho unos 100 g. de
tomates aportan unas 18 calorías además de ser el resto hidratos de carbono de
los buenos de esos que son de fácil absorción y que no se quedan en tu cuerpo
recordándote que te los has comido, contiene minerales como potasio y magnesio
y vitaminas como la B1, B2 y B5 y como no la reina de las vitaminas la C, un
gran antioxidante para nuestro organismo que junto con el licopeno otro
componente del tomate son grandes protectores de nuestro organismo. Los tomates
son la mayor y mas importante fuente de vitamina C durante los meses de verano.
Por todo ello es muy recomendable la ingesta de tomate casi a diario.
En el
nombre de mi post he puesto tomates de verdad y me refiero a que ahora podemos
tomar tomates de verdad no esos que compramos durante el invierno de
invernadero y que parecen mas una gominola que un tomate en sí. Para nuestro
plato de hoy, no digo receta porque no tiene ningún truco, he optado como
acompañamiento unos calamares a la plancha, eso sí, de potera también de los
buenos pescados y traídos a casa, que es buena idea congelarlos porque resultan
un poco duros si queréis pero si no se
hace no pasa nada al final disfrutaréis de un auténtico calamar con un sabor
inmejorable.
Vamos
con el tema, espero que disfrutéis de ver el color de un buen tomate, también
he puesto algunas fotos del huerto de mi papito y de las plantas de donde salen
este auténtico manjar.
Tiempo
de preparación: 30 minutos
Coste:
medio (por los calamares de potera) se pueden hacer con calamar de otro tipo
Dificultad:
fácil
INGREDIENTES
(4 pax)
PARA LA
ENSALADA DE TOMATES
4
tomates medianos-grandes
1
diente de ajo
Orégano
fresco
Sal y
pimienta recién molida
Aceite
de oliva virgen extra
Unas
gotas de vinagre normal
Unas
gotas de agua
Unas
hojas de albahaca (opcional)
PARA
LOS CALAMARES A LA PLANCHA
4
calamares de potera medianos o 8 pequeños
Aceite
de oliva virgen extra
4
dientes de ajo
Perejil
picado fresco
Sal y
pimienta
PARA PREPARAR LA ENSALADA DE TOMATES
Preparamos
los tomates para que los pongamos en la nevera y estén fresquitos, para ello
quitamos el corazón y la parte dura, los pelamos (a mi me gusta pelarlos además
si están en su punto de maduración la piel se va sol) y los cortamos en
rodajas, ponemos en una bandeja que no queden amontonados se debe ver cada
rodaja para que podamos sazonarlos bien.
Para
aderezarlos ponemos sal y pimienta recién molida, picamos el ajito muy
pequeñito y se ponemos por encima de manera que quede un poquito de ajo por
cada rodaja, simplemente unos trocitos diminutos, aliñamos con el aceite de
oliva virgen extra y unas gotas de vinagre, es muy importante no pasarse en el
vinagre pero le da un toque muy interesante y luego unas gotitas de agua,
picamos el orégano fresco y lo extendemos por encima. (esta es la manera que
los prepara mi padre y me encantan). Por último decoramos con hojas de albahaca
(opcional).
Dejamos
en la nevera para que estén fresquitos.
PARA
PREPARAR LOS CALAMARES
Se
tienen que limpiar bien los calamares sobre todo quitarles el espadón, la boca,
los ojos y la bolsa de tinta y lo de dentro, siempre teniendo mucho cuidado de
no separar el cuerpo del resto, esto puede resultar un tanto complicado si no
tienes práctica pero si no os sale simplemente los limpiáis y en el momento de
ponerlos en la plancha ponéis la cabeza y tentáculos de nuevo dentro del
cuerpo, al fin y al cabo es una cuestión estética. Cuando son calamares de
potera de los buenos yo no les quito la piel, quedan mucho mejor, si no lo son
si porque pueden contener arenilla y es muy desagradable.
Sazonamos
con sal y pimienta y calentamos la plancha con un poco de aceite, yo los pongo
cuando la plancha está medio caliente para que con el contraste del frío con el
calor no se contraigan y queden muy duros, se marcan bien en la plancha y se
acaban en el horno durante unos 8-10 minutos según el tamaño, si son grades
8-10 minutos, si son pequeños 5 minutos serán suficientes.
Mientras
están en el horno acabándose en una sartén se pone aceite de oliva virgen y se
hace un refrito con el ajo y el perejil, eso en el momento que ya estén los
calamares, se sacan del horno y se les pone por encima el refrito.
Ponerle
un chorrito de aceite de oliva crudo por encima.
Ahora
toca sacar los tomates de la nevera y a disfrutar.
ALGUNOS
CONSEJOS UTILES
-Los
tomates deben estar en su punto de maduración.
-Puede
ser cualquier variedad de tomate pero para esto los que mejor resultado dan son
estos grandes y carnosos o la variedad coeur de bou.
-Mucho
cuidado con la cantidad de ajo, este no debe enmascarar el sabor del tomate.
-Es muy
importante que el tomate al servirse esté fresquito.
-Si no
os gusta el orégano podéis sustituirlo por albahaca o al revés.
-Los
calamares para que den un resultado óptimo deben ser fresquísimos aunque luego
los hayamos congelado nosotros. El calamar de potera tiene un sabor
inigualable.
-El
tema de poner la plancha no excesivamente caliente cuando añadimos los
calamares es porque no se han de contraer y quedar mas duros todavía.
-Cuando
preparéis el refrito de ajo hay que tener mucho cuidado con el ajo de que no se
nos queme, una vez que empieza a dorarse enseguida se quema.
Bueno
hasta aquí la receta de hoy, espero que os haya gustado, seguimos con más en
próximas publicaciones, recordar que también podéis ver video recetas en mi
nuevo programa La cocina de Yolanda en la nueva web de Canal Cosmopolitan tv, unas recetas fáciles,
sencillas y para todos los públicos. Gracias y
bssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss.
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